Ser docente ayer, hoy y en el futuro ha sido, es y será una enorme responsabilidad la que, a la vez, se constituye en un privilegio singular que todos los que ejercemos la docencia conocemos. La posibilidad de contribuir a la formación de personas es, sin duda, una tarea ardua y, por qué no decirlo, envidiable, que hoy tiene posibilidades reales de tener alcance global. Una nota futura se dedicará a relatar algunos de los logros ya obtenidos en este ámbito y sus posibles proyecciones.
La situación actual tiene características que hacen indispensable impulsar nuevas y variadas maneras de ejercer la docencia.
Una de ellas, la disponibilidad de conocimientos nuevos que nos impactan con una velocidad jamás antes experimentada, produce la rápida obsolescencia de algunos contenidos tanto en el ámbito tecnológico como en otros, y obliga a enfatizar el aprendizaje de habilidades, destrezas y competencias cuya vida útil supere la de aquellos.
Por otro lado, las posibilidades casi ilimitadas (tanto en el tiempo como en el espacio) de intercomunicación, la enorme oferta de información de diversa índole, en variado formato, y dispar calidad, la facilidad para el establecimiento de redes de distinto tipo, entre otras novedades, nos impulsa (o debería impulsarnos) a crear nuevas estrategias docentes que, lejos de combatir este nuevo escenario (que ha llegado para quedarse), lo aproveche en beneficio de la formación de las personas.
Para ilustrar con sólo un ejemplo las diferencias que se han producido en el último medio siglo, notemos que los chilenos y, en particular, los estudiantes chilenos de mediados del siglo XX no contaron con televisión como medio de comunicación. El acceso masivo a los aparatos de televisión comenzó, muy lentamente, sólo después del Campeonato Mundial de Fútbol de 1962. La evolución de la oferta de la televisión ha experimentado múltiples avances desde programas transmitidos en blanco y negro, más tarde en colores, a través de cable o por satélite, por Internet y la posibilidad de suscripción de programas por pago especial, entre otras. Esta oferta, adecuadamente utilizada, podría contribuir a mejorar la calidad de los aprendizajes escolares en lugar de ser un escollo para ellos.
Intentar aprovechar la Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación y el dominio que de ellas ya tienen muchos de los estudiantes actuales, parece ser una estrategia razonable para ayudar a cumplir la misión de formar personas hoy.
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http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=137851
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